Invencible.
Consciente de mi cobardía al
mundo construyo otros mundos. Y me los quieren quitar. Asesinado, no es un
suicidio, es un gran empujón de la realidad hacia el vacío mientras se carcajea.
La desesperación no es una palabra es una emoción. Un acomodador ciego nos guía
hasta la salida en el momento en el que muere el protagonista. Mis mejores
palabras son de desasosiego, mientras en el rincón quedan la alegría, el júbilo,
la espontaneidad, esperando un mensaje que no llega nunca. Y si sólo hay un
camino para cada uno. He dejado de fumar, día 2.
Me faltan muchos quesitos.
A medida que se agotaban las
oportunidades se reducían las posibilidades de éxito. Y hoy juego mi última
oportunidad con las fuerzas mermadas. Pero aun puedo escribir y decirte que
cuando tienes miedo al aliento de la muerte en tu nuca ya no tienes por qué temer
nada. Tan sólo andar más deprisa que ella y no tropezar.
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