dimecres, 16 d’abril del 2014

Gente con mala suerte.

La vida para mi es como el chiste de Groucho: “¿A quién va a creer, a mí o a sus propios ojos?” Sólo espero no tener razón nunca. Interferencias en el proceso creativo por parte de parasitos o chupacabras. Escribo desde la distancia para decirte que te veo mal. Describía el paisaje dibujado en su sonrisa. Las tristezas amenazan desmoronarse como un castillo de naípes frente a un ventilador, mientras resuelvo los geroglíficos de las bolsitas de azúcar. Un corazón en llamas, un alma desbocada, un testigo ciego, un camino sin fin, ideas que se retuercen como presas moribundas. Hay gente con mala suerte.


dimarts, 15 d’abril del 2014

amanecer.

Una mañana a punto de estallar despunta por la vertiente de mi pensamiento. Ser el inevitable resultado de toda una vida. Aplicar la voluntad emergente en una realidad movediza sin piedad. Los pequeños jugaban calle abajo cuando se rompieron los frenos del camión. Soy el reflejo de un prisma que susurra la verdad iluminado por una vela roja. Las inquietudes devoraban su interior como ratas locas. Sólo vas a jugar una vez y no vas a ganar, así que por qué no disfrutar de la carencia de reglas de este juego salvaje. Esbozando formas con el humo atravesado por la luz de esta mañana de miércoles. Esribir como una pisada en el vacío.



dilluns, 14 d’abril del 2014

Siganme señores.





Deslizándome como un espejo sobre una pista negra. Sin control. Desprendiéndome de la fricción del tiempo entro en una extraña inercia que me libera de todo mal. El sol se refleja en mi móvil y apenas distingo las palabras de tu despedida por whatsapp. Soy el dolor de mi propia ausencia. Estonosepara, que diría Helena Miquel. Compartir el camino de baldosas amarillas con un puñado de extraños. Soy el truco que esconde la magia de la vida. Perder en un juego que tu mismo has inventado. “Les enseñaré sus aposentos, siganme señores” les dijo mientras subian por la escalera de caracol alumbrados por la tenue luz de un candelabro.


Me gusta la belleza de este mundo tan casual. Siento simpatia por la vida, a pesar de que sea una cena siempre fría. Siempre tarde. Precipitandome al abismo de mi propio interior. Habrá que inventar una buena excusa, cuando pasen cuentas. Me gustaría doblegar a la vida con un gesto. Dicen algunos que es fácil escapar, pero nadie escapa. Estoy esperando una llamada. El tiempo se precipita cuesta arriba.  


dilluns, 7 d’abril del 2014

el asunto


Me gustaría transmitir a media noche, escribir un libro, acordarme de algo vital y que se me vuelva a olvidar. ¿Te has hecho daño? Busca bien en los bolsillos. El significante de significante. Bailemos de nuevo en la cuerda floja. Juega conmigo. Aquí todos flotaremos vestidos de engaño. Me encanta bailarte el agua, mientras me follo a tu hermano.

“To be is to do - Socrates

To do is to be - Sartre

Do Be Do Be Do - Sinatra”



Esbelta silueta deslizandose por mi espina dorsal. Los secretos mejor guardados son los que no sabemos. Transgrediendo las normas, me gustaría tocarte el alma. Y eso es todo... de momento.

dissabte, 5 d’abril del 2014

saturado


de algo tiene que servir.
alguna utilidad tendrá.
Pues hazlo.
Las mismas caras cada día.
El atrezzo es bueno.
Ya que has venido, dilo, pero vete.
Mi forma es el fondo.
La abstracción de un día que parece interminable,
Más sorprendente que observar entre el humo el vuelo de un mosquito alrededor de una bombillla, en el agujero K.
Las doce y nueve sin rastro de vida. Debería comer algo.
Emigrar hacia otro universo. Escuchando pearl jam,
y persiguiendo no sé qué.


dijous, 3 d’abril del 2014

Soledad


Abre la mente
y borra
¿Siempre hay un límite?
Y si no existiera el límite.
Y si no existe el puto límite.
Y si la caída no tiene fondo,
ni tampoco el camino de regreso.
Exasperado, rebusco entre mis bolsillos.
Realidad a bajo nivel,
palabras que nunca existirán.
La insolvencia de dios.
El árbol del bien y el mal,
es una metáfora que se me clava en el culo.
Sólo hay.
Cree en ti porque sino no existes.

dimecres, 2 d’abril del 2014

Para Anggye.


Sometido a mi destino intervengo en el preciso instante en que llega la derrota. La niña se mece en su columpio de tristeza en mitad de la oscuridad, inquietando al silencio. Soy el mensaje de que algo no anda bien. Vienes de muy lejos para ofrecerme el perdón que ya he asolido. El cementerio cercano espera tus pasos. Escapar al recuerdo. Con el corazón como estandarte. Te escribo este texto a ti Anggye, porque me lo pediste, y porque te lo mereces. Aprender a aceptar a las personas, aprender a no cambiarlas. Es un proceso, tirste y angustioso. Los pretextos hace tiempo que los consumí. Ahora sólo queda la verdad. ¿Me concedes este baile?

Tu propia condición.


Interludio de miradas, mientras afilan sus palabras. La habitación blanca sin ventanas era ideal. Yo apostaba por el de los calzones rojos. El otro me dio la impresión que lo habian dopado con Quetiapina. Unos minutos después pagaba un dinero a unos eficientes hombres de la limpieza que no iban a dejar rastro, en la sala blanca. Contando billetes mientras mis ayudantes dispersaban a la gente. Sales de baño, ese era el truco. Nadie los echaría en falta, a lo máximo sentirían un alivio al saber que habían dejado de sufrir. La sangre congregaba cada sabado por la noche doscientas personas al ala 2 escalera A de la Institución Psiquatrica Plymouth.

dimarts, 1 d’abril del 2014

volar

Vivir siempre enscondido en las sombras de un telón a medio caer.  La sensación de incredulidad ante tu propia muerte no difiere mucho de la que tenías en vida. La inseguridad creció y con ella las ganas de huir. Incapacidad de asumir la verdad.

Me duele en el alma. Cómo una violenta sacudida por parte de mi tirititero.. Grabanado mi nincho, todo tenemos un hobby, creo. La oportunidad que se pierde. La venganza que me mata.

Un ensangrentado collar de castigo puesto a prueba miles de veces. Me paro a contemplar la semilla germinar en tu corazón, mientras olvido mi indisposición. No soy más que un pobre muchacho que sabía volar. Un telón ardiendo y un rostro que pierde su nombre. Escondido por siempre en las sombras de un telón a medio caer.