(nos la vais a pagar)
Hoy es de esos días en que retuerces el alma, tiñendo
la esencia de un gesto imposible. Derramando el café sobre los mapas,
desapareció. Palpando la oscuridad me fui hacia ninguna parte. Escribo esta
carta porque alguien tiene que hacerlo. ¿Y cuándo empezaste a planearlo? En
cuanto te vi, contestó ella, echándose atrás la melena. Comida para cisnes, en
un rincón, acurrucado, observo circular los secretos en esta ausencia tan
brutal, tan traicionera. Fuimos engañados y ahora nos la estamos cobrando. Nos
la vais a pagar. Interiores perfectos, cubículos de la necesidad, una curiosa
camisa rosa a juego con sus pantalones de golf. Servicio en llamas flambeando
el coñac. Nos la vais a pagar.
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