dimarts, 10 de juny del 2014

Gracias.



Cansado de andar un paso por detrás de mí mismo, me decido a boicotear la irreversibilidad de esta vida antojada. Indiferente ante mi diferencia me adentraré en los matices de lo desconocido, amueblando esta sala de espera vacía y sórdida. Descorro de un golpe las cortinas haciéndolas tambalearse por sus raíles oxidados. Guardo en un cajón los argumentos que esgrimí, un cajón que siempre este a mi alcance para recordar que no debo abrirlo nunca. Me deslizo suavemente por una paz interior que conmueve tanto como sorprende. Y si ha de llegar el miedo, de nuevo, no hace falta que se disfrace, sabré reconocerlo, y si no pudiese evadirlo, sabré asumirlo, con la cautela de un sonámbulo atado a la cama. Cansado de malgastar ese azar inexistente, prevalezco entre mis recuerdos, ya que soy ellos y ellos son esa historia que nace y muere en mí mismo, como un cuento que desviste la soledad de la conciencia. Y, me miro al espejo, incapaz de sonreír, en el preciso instante en que vivo en una carcajada que intenta ocultar, sin lograrlo, la lágrima que detiene la belleza del momento. Gracias, simplemente gracias.

El baile de la vida - Munch
El baile de la Vida - Edward Munch

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