La mente se dispersa en el
estampado de pensamientos que luce mi musa y mi imaginación se
centra en desvestirla. Mientras las respuestas se insinúan como
putas de lujo que no puedo pagar. Puedo cerrar los ojos e inventar un
universo donde escapar de las 3 dimensiones en que estoy atrapado.
Desapereciendo por momentos. Hay motín a bordo de mi cerebro, y mi
lado instintivo intentan guiar mis pasos, a bordo de su nave, rodeada
de un mar sin fin. Escribiendo en la letrina más sucia que se pueda
imaginar. Busco autosatisfacer al niño que llora en mi interior.
¿Cuanto hace que no follas?, si no te molesta la pregunta, reina.
¿Te gustaría que me disfrase, de puta, o de monseñor o de
colegiala? ¿O pegarme con un latigo (sin hacer daño, dando placer)
mientras me atas? Lo he hecho otras veces. ¿O tal vez prefiere que
lo hagamos a lo bruto mientras te grito palabras obscenas? El juego
se trata de intentar que te hundas en el texto como si fueran arenas
movedizas. He encontrado un nueva loca, amiga filolóloga.
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