Bordeando el destino danzo al son
de las palabras que me dictas cada puto día. Boceto inacabado que busca una
respuesta al absurdo. Perplejo ante tanta armonía, tomo mis decisiones.
Abstracto como mi reflejo en una charca, mi pensamiento se funde en el mundo
que crea. Paso a paso, vestido de sigilo, me acerque a tu oído, a susurrarte
tres palabras: …que te jodan… Y llegó el diluvio, esperado como agua de mayo.
Las metáforas distraen mi mensaje, lo emborrachan y lo colman de olvido.
¿Quiere usted ser millonario? Pequeños trucos en la alcoba de la tristeza. Pequeños
e insólitos momentos de felicidad que lucho por mantener vivos. Consistencia en
la cancha y marcad sus putos pasos. Probablemente soy pasto de mi ingenuidad,
probablemente soy la sorpresa que espero. Como tú.
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